30 de noviembre de 2006

Cosas que vuelven por Navidad



Bueno, bueno... Pues ya casi volvemos a tener la Navidad aquí. Y, con ella, vuelven los turrones, los villancicos, las cenas en familia. Por desgracia, también vuelve el delirio consumista de cada año; esa especie de frenesí que impulsa a millones de personas a comprar desenfrenadamente montones de regalos, montones de comida, montones de todo.

Otra cosa que vuelve por Navidad son las postales. Sea Navidad o no, me parece bonito que, por lo menos una vez al año, dediquemos un poquito de nuestro tiempo a meter nuestros mejores deseos en un sobre y enviárselos a las personas que nos importan. Así que ¡manos a la obra! Albert y yo hemos empezado a preparar las felicitaciones de este año que, además de ser 100% "casolanes", serán re-utilizables (de momento no voy a dar más pistas... para no estropear la sorpresa) ;-P




Arriba podéis ver un par de postales (a 1 sola tinta... ¡todo un reto!) que he diseñado este año para las empresas con las que colaboro.

La importancia de los detalles



"Debemos habérnoslas con los temas mayores de nuestro universo, y comprenderlos, pero la mejor manera de abordarlos es a través de pequeñas curiosidades que cautivan nuestra atención (todos esos hermosos guijarros en la playa del saber). Pues el océano de la verdad lava los guijarros con cada ola, y estos resuenan y tintinean con el más maravilloso de los estrépitos."

Stephen Jay Gould, "La vida maravillosa. Burgess Shale y la naturaleza de la historia"

(En la foto, uno de mis rincones favoritos de l'Escala)

28 de noviembre de 2006

Un visitante con muchas púas



-¡Corre Sonia, ven, que hay algo que se mueve entre las plantas!
Era domingo por la noche y un desconocido se paseaba por nuestro jardín. ¿Sería un visitante platóniko? Salí corriendo a comprovarlo. Pero estaba muy oscuro y no se veía nada.
Qué emocionante... Albert y yo, cual reporteros del National Geographic, buscábamos al intruso entre la maleza... Pero nada, no encontrábamos nada; parecía que nuestra presa había decidido permanecer inmóvil para evitar ser vista.
Al cabo de un rato, cuando nuestros ojos ya se habían acostumbrado un poco a la oscuridad, pudimos ver, acurrucadita en un rincón, una especie de bola del tamaño de un zapato, recubierta de púas. -¡Me parece que es un erizo! ¡Ten cuidado, a ver si nos va a disparar las púas!- Y es que nosotros, reporteros inexpertos que no habían visto un erizo en su vida, temíamos ser atacados en cualquier momento por aquella bola mortífera que olía a jamón.
Con extremo cuidado, conseguimos meter el erizo en una caja; pasados unos minutos, de aquella bolita salieron un hocico y unas patitas... y pensamos que un animalillo tan gracioso no podía ser "mortífero". Así que nos atrevimos a meter la mano en la caja para hacerle algunas fotos.
Nuestra "aventura" terminó en el bosque, viendo a nuestro amigo adentrarse entre los matorrales. ¡Adiós, señor erizo, vuelva usted cuando quiera!

;-)

Al día siguiente, buscando información sobre los erizos, descubrimos que no sólo no son peligrosos, sino que incluso hay gente que los tiene como mascota (lo podéis comprobar en páginas como ésta). Ay, pobres erizos...

'Souvenirs' de Mallorca



¡Cuánto tiempo sin postear nada! Trabajo y más trabajo...
Gracias por seguir ahí :-)

Con algunas semanas de retraso, aquí os dejo algunos 'souvenirs' de Mallorca.

"Ratlles de sol travessen blaus marins
ses algues tornen verdes
i brillen ses estrelles
que ja s'ha fet de nit
i es plancton s'il·lumina
i canten ses balenes
a trenta-mil quilòmetres d'aquí

Ratlles de sol travessen blaus marins
ses algues tornen verdes
i brillen ses estrelles
que ja s'ha fet de nit
i es plancton s'il·lumina
i canten ses sirenes
aproximadament per no existir

..."

Antònia Font